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Jóven y felizmente casado 

Kevin Balootje
Contribuidor

Tengo 27 años. Y como todo esposo enamorado de su esposa dice: estoy casado con la mujer más maravillosa del universo. Ayer cumplimos 6 años de dulce matrimonio, lo cual significa que me casé a la edad de 21 años, cosa que hoy en día parece ser una locura entre los jóvenes de esa edad. 


La verdad es que casarme joven ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Dios creó el matrimonio para Su gloria y bendecir a los hombres, así que no puedo esperar nada diferente.


Casarme joven me ha hecho crecer espiritualmente. Hay muchas cosas que Dios, a través del matrimonio, me ha enseñado. Soy un pecador salvo por la gracia de Dios que vive con una pecadora salva por la gracia de Dios. Esa verdad nos impulsa cada día a ocuparnos de nuestra salvación con temor y temblor (Fil.2:13). Es decir, somos responsables de crecer juntos como hijos de Dios. Eso significa dar muerte a nuestro pecado cada día (Rom.8:13) y para eso necesitamos constantemente de Su palabra.


Esto no es fácil, porque cada uno tiene sus áreas de debilidad y satanás buscará cada oportunidad para deshacer la obra de Dios en el matrimonio. Esto se ve cada vez que el orgullo, el egoísmo, falsas presuposiciones, malos entendidos y muchas otras cosas se presentan en medio nuestro para atacar a la persona que amamos. 


Sin embargo, la luz del evangelio resplandece en medio de las tinieblas del pecado dentro del matrimonio. Cuando junto a mi esposa recordamos la gracia de Dios en nuestras vidas por medio de Jesucristo, nuestro amor crece y la relación se fortalece. Esto es lo que hace que cada día de nuestro matrimonio sea más disfrutable. 


Algunos consejos para los jóvenes de hoy


  • Anhela y persigue el crecimiento espiritual
Si el Señor no edifica la casa, En vano trabajan los que la edifican... (Sal.127:1)


Es imposible tener un matrimonio feliz sin tener a Dios como el fundamento del mismo. Cada vez que surge un problema es porque Dios y la verdad de su palabra se han perdido de vista. Por tanto, el crecimiento espiritual es imprescindible para el esposo y la esposa. Un correcto entendimiento del carácter de Dios y las Escrituras nos lleva a entender la dulzura de la gracia de Dios y gravedad del pecado. Esto nos lleva a ver a nuestro cónyuge a través de los ojos de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. 


Este anhelo debe estar presente en cada cristiano desde antes del matrimonio. Cada hijo de Dios tiene el privilegio de conocerle cada día con el propósito de amarle con todo su ser y luego a su prójimo. Así, al momento de casarse, se comenzará con una sólida base. Por lo tanto, si deseas casarte joven, anhela conocer a Dios cada día más para que puedas amar a tu cónyuge y disfrutar del mantrimonio de manera más especial.


  • Si Dios te lo permite, cásate joven.

Existen dos versículos que vienen a mi mente cuando pienso en esto:


-Sea bendita tu fuente, Y regocíjate con la mujer de tu juventud, (Prov.5:18)

En este capítulo se le advierte a jóvenes casados sobre la “mujer extraña” que seductivamente puede llevarlos al adulterio y se explican las consecuencias negativas sobre este pecado ante Dios. 


En medio de las exhortaciones, el autor procede a decirles que lo mejor que pueden hacer es disfrutar con “la mujer de su juventud”; aquella con quien ellos han entrado en el santo pacto matrimonial delante de Dios. Es decir, hay gozo cuando en la juventud se disfruta de la santidad del matrimonio. De esto podemos inferir que casarse joven es motivo de gozo para aquel que desea proceder con este bendito paso ante Dios.


-El que halla esposa halla algo bueno y alcanza el favor del Señor. (Prov.18:22)

Si es algo bueno y Dios bendice a aquel que se casa, ¿Por qué no hacerlo? Lamentablemente, muchos deciden no casarse joven por pensar que será un estorbo para alcanzar metas y sueños. Pero el matrimonio no debe verse como un estorbo, sino como una bendición divina para la vida. 



  • Filtra todo consejo recibido

Lamentablemente debo decir que he estado alrededor de muchas personas adultas a los que he escuchado directa e indirectamente hablar sobre el matrimonio como si fuese una carga, y en muchas ocasiones pareciera que con el paso de los años estar junto a su cónyuge ha sido hasta desagradable y cansado.


Obviamente, como dije más arriba, somos pecadores y tendremos que atravesar momentos difíciles. Pero si consideramos el hecho de que el matrimonio está diseñado para reflejar la relación de Cristo con su iglesia (Ef.5:22-30) es imposible que lo primero que venga a la mente sean aspectos negativos. La clase de amor que debe existir en una pareja casada debe reflejar el amor incondicional que Cristo tuvo para la iglesia, el cual crece cada vez más mientras la iglesia le conoce de manera más profunda e íntima cada día (Ef.5:25-27). 


Puedo entender la preocupación de las personas al aconsejar a los jóvenes y les apoyo grandemente. Pero también entiendo que a veces hay ciertas cosas a las que se les pone énfasis que quizás no sean las mejores para decir (Ef.4:29, Prov.15:4,23). No importa cuántas cosas se hayan vivido o dificultades que se hayan cruzado, la verdad de que el matrimonio siempre será una bendición prevalece sobre la experiencia. El Señor derramará Su gracia sobre aquellos jóvenes que anhelan y deciden casarse en su juventud. Considero que eso es lo más importante que deben saber.



Finalmente…


  • ¡Goza!

Pareciera extraño que esto fuera un consejo. Pero es algo que se debe recordar constantemente en el matrimonio. Como matrimonio, deben hablar, reírse, salir a pasear, jugar, en fin, ¡disfrutar al máximo! ¿Por qué? Porque el matrimonio es parte de la creación de Dios, de la cual Él dijo que es “bueno en gran manera.” Al momento de crear al hombre y la mujer, Dios les bendijo como matrimonio, y sus responsabilidades debían llevarse a cabo en un ambiente de gozo, amor, obediencia y disfrute siendo Dios la fuente principal de satisfacción.


¡Qué nuestro buen Dios te permita meditar en la bendición que es el matrimonio aun en la juventud! 


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Kevin Balootje

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